Tu Mundo
BARACK OBAMA
En este 10º aniversario del 11-S, recordamos que en esa fecha se produjo no sólo un ataque contra EEUU, sino un ataque contra el mundo y contra la Humanidad y las esperanzas que compartimos.
Recordamos que entre las casi 3.000 personas inocentes que perdimos había cientos de ciudadanos de más de 90 países. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, de muchas razas y credos. En este solemne aniversario nos sumamos a sus familias y sus países para rendirles homenaje.
Recordamos con gratitud cómo hace 10 años el mundo manifestó su unidad. En todo el planeta, ciudades enteras se paralizaron en momentos de silencio. La gente ofreció sus oraciones en iglesias, mezquitas, sinagogas y otros lugares de culto. Y en EEUU nunca olvidaremos cómo personas de todos los rincones del mundo se solidarizaron con nosotros en vigilias con velas y con mares de flores delante de nuestras embajadas.
Recordamos que en las semanas después del 11-S actuamos como comunidad internacional. En el marco de una amplia coalición, expulsamos a Al Qaeda de sus campos de entrenamiento en Afganistán, derribamos a los talibán y ofrecimos al pueblo la oportunidad de vivir sin terrorismo. Pero los años posteriores fueron difíciles y el espíritu de la alianza mundial que sentimos tras aquel día se desgastó.
Como presidente, he dirigido mis esfuerzos a renovar la cooperación mundial necesaria para responder a los retos que afrontamos. Mediante una nueva era de participación, hemos establecido alianzas basadas en intereses y respeto mutuos. He dejado bien sentado que EEUU no está en guerra contra el islam y nunca lo estará. Más bien, con nuestros aliados estamos unidos contra Al Qaeda, que ha atacado docenas de países y matado a decenas de miles de personas, en su gran mayoría musulmanes. Esta semana recordamos a todas sus víctimas.
Al trabajar juntos, hemos desbaratado complots, eliminado a Osama bin Laden y colocado a Al Qaeda en la senda de la derrota. Mientras tanto, los pueblos de Oriente Próximo y el norte de África demuestran que el camino más seguro hacia la justicia es la fuerza moral de la no violencia. Los extremistas se quedan atrás y el futuro pertenece a quienes desean construir y no destruir.
A los países y a las personas que desean un futuro de paz y prosperidad, les digo que tienen un socio en EEUU, pues aunque nos enfrentamos a desafíos económicos internos, mi país continuará desempeñando un papel de liderazgo.
Mientras replegamos nuestras tropas de Irak y trasladamos las responsabilidades en Afganistán, apoyaremos a los ciudadanos de estos países en sus esfuerzos por ofrecer oportunidades a sus pueblos. En el mundo árabe y más allá de éste defenderemos la dignidad y los derechos universales de todos los seres humanos.
En todo el mundo continuaremos el arduo trabajo de intentar lograr la paz, fomentar el desarrollo y contribuir a avanzar en la seguridad alimentaria, la salud y el buen gobierno. Además, nos hemos vuelto a comprometer con el ejercicio de nuestros valores en nuestra nación. Como país de inmigrantes, EEUU recibe a personas de todos los países y culturas. Estos nuevos estadounidenses, como las víctimas inocentes de hace 10 años, nos recuerdan que, a pesar de las diferencias de raza, etnia o creencias, a todos nos une la esperanza de que podemos hacer que el mundo sea un lugar mejor para esta generación y las venideras.
Aquellos que nos atacaron el 11-S querían crear divisiones entre EEUU y el mundo. Fracasaron. En este 10º aniversario, nos sumamos a nuestros socios y amigos para recordar a todos aquellos que perdimos en esta lucha. En honor a su memoria, reiteramos el espíritu de alianza y respeto mutuos que necesitamos para hacer realidad un mundo en el que todas las personas vivan con dignidad, libertad y paz.
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