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EMILIO SÁNCHEZ VICARIO

La verdad es que Novak Djokovic ha sabido aprovechar perfectamente las condiciones, una pista rapidita, unas bolas lentas que no cogen el efecto que le gusta a Nadal y la altura, que le da la profundidad que necesita para que su juego se vuelva impenetrable. Si a eso le sumamos que su plan de atacar a la derecha de Rafa le está dando unos resultados excepcionales y saca a nuestro jugador de su zona confortable para después aguantar la iniciativa y destruirlo, el resultado tiene plena explicación. En la lucha personal entre ellos, a Nadal le hizo mucho daño la derrota de Indian Wells, donde el serbio no se esperaba ganar. Luego, en Miami luchó cuando ya estaba perdido y también le ganó. Nadal se encuentra ahora con una barrera psicológica grande, con mucho terreno que defender. Djokovic va en cohete. También rentabilizó llegar de Belgrado, donde las condiciones son similares a las de la capital.

Esta derrota de ayer no sería un varapalo de confianza para Nadal si el partido hubiese sido el partido a dos bandas. Lo que más le va a doler al español es la impotencia de no poder jugar ni cuando sacaba. Sólo una cosa le puede reforzar, el hecho de que siguió intentándolo en el primer set -volvió de un cuatro cero, igualó a cinco-, pero al final se fue el serbio. En el segundo set, más de lo mismo. El mayor pro blema es que Nole le dominaba también cuando Nadal sacaba, y eso es lo que puede preocupar. Pero, tranquilos, llega el nivel del mar, y ya empezó también el torneo de Roma: ellos viajan hoy. Allí la historia será diferente, aunque Djokovic tenga tanta ventaja mental. Será duro, también, pero es el momento en que Nadal mejorará su rendimiento y podrá volver a imponerse por juego. La lentitud del bote le ayudará, aunque con una bola más viva le hubiese costado menos incluso en Madrid. La gran incógnita es cómo será la pelota de Roland Garros. Este año hay bola nueva, de una marca que nunca se dedicó a esto. De eso dependerá en buena parte quién de los dos mejores pueda tener mas ventaja y llevarse este año la Copa de los Mosqueteros.

Más allá de las lógicas preferencias del público español por Rafael Nadal, que con su tenis y sus triunfos posee adeptos en todo el mundo, lo cierto es que el tenis vive un momento apasionante. La extraordinaria trayectoria de Djokovic, ganador esta temporada de seis títulos, con 34 victorias consecutivas, vencedor de Nadal en tres ocasiones y de Federer en otras tantas, ha añadido un interés enorme a la competición.

Pocas veces podía ponerse en duda la indiscutible condición de favorito de Nadal en Roland Garros. Tampoco ha dejado de serlo en esta ocasión, pero lo cierto es que Djokovic ha dado un magnífico golpe con el triunfo logrado ayer en Madrid. Ni siquiera en condiciones como las de la capital es fácil superar al mejor jugador de la historia sobre tierra batida. Djokovic lo ha conseguido. Tenis siempre tuvo. Ahora ha madurado y posee la confianza de sentirse capaz de casi todo. La pugna se adivina colosal.

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