GALERÍA DE IMPRESCINDIBLES
El artista italiano Giorgio Morandi, en su estudio en 1953. / HERBERT LIST / MAGNUM
Cada día contemplo el morandi que tengo en casa. Es, como tantas obras suyas, una naturaleza muerta y está fechada en 1960. A la izquierda, una taza amarilla sin asa. En el centro, una temblorosa botella blanca, alta y de cuello largo. Detrás, azul, lo que parece ser una gran copa y podría ser un jarrón. A su lado, un vaso verdoso y, recubierto de papel o trapo blanco, pequeñito, un objeto no identificado. Los contornos son confusos, poco definidos. La luz, velada.
Mi morandi -no me tengan envidia- es un imán incrustado en la puerta de mi nevera, un imán que compré, hace cuatro año [...]
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