El editorial de EL MUNDO
Publicado el Domingo, 20 de junio de 2010
Zapatero ha vivido esta semana en Bruselas la última cumbre de la Presidencia española de la UE, a la que se pondrá fin, oficialmente, el 30 de junio. Cualquier balance que pueda hacerse de este semestre de liderazgo español de Europa quedará muy distorsionado por la grave situación económica, que ha llevado a la UE a la peor crisis desde su constitución y que ha arrastrado a España a una situación límite.
No ha sido, por tanto, una Presidencia normal. Si a ello unimos el error del Gobierno al crear unas expectativas exageradas de lo que podía dar de sí, se entiende que cunda la se [...]
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La presidencia española de la UE
JERÓNIMO LÓPEZ
El primer baldón para la presidencia europea se lo puso al Gobierno Leire Pajín con aquello de la "conjunción planetaria" entre Obama y Zapatero. Después, lo único que ha quedado de manifiesto es que España no pinta nada en Europa.
El fracaso de la presidencia española tiene que ver también con el absoluto desconocimiento de lo que supone ser hoy por hoy presidente de turno, ya que después del tratado de Roma se ha quedado casi sin poder ni atribuciones. No se pueden cambiar las cosas en seis meses, y menos cuando no tienes mando para hacerlo.
Otro error fue darle ere marcado carácter ideológico con el que Zapatero impregna todas sus decisiones. Hay gobernantes en Europa que desconfían del talante y las buenas intenciones del presidente español, conscientes de que lo que necesitan sus países son soluciones y no sonrisas y discursos vacíos.
Además, la crisis económica, la falta de medidas, el paro rampante y la mala situación de las empresas españolas no ponen a Zapatero en la mejor de las posiciones posibles para liderar nada. Más bien lo contrario, como ejemplo de lo que no debe ser.
Eso es lo que habrán pensado Merkel, Sarkozy y tantos otros al ver al presidente de turno intentar imponer sus criterios económicos.
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