El editorial de EL MUNDO
Publicado el Miércoles, 21 de abril de 2010
Barcelona fue ayer escenario de dos episodios que aparentemente no tenían nada en común, pero que que se convirtieron en un doble desafío al poder judicial y al Estado de Derecho.
En el primero, en un homenaje a Garzón promovido por el Gobierno tripartito, los oradores arremetieron contra el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional mientras el público coreaba el eslogan propuesto por la cantante Marina Rossell: "No passarán ni amb l'Estatut ni amb Garzón". El segundo fue una reunión entre José Montilla y Artur Mas, en la que se pactó una propuesta que será presentada al Parlam [...]
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El editorial de los lectores
ARSENIO JIMÉNEZ
Que un grupo de personas se reúna para mostrar su protesta ante una situación que no aprueban es respetable, incluso aunque consideremos que la esencia de la protesta ataca a un pilar fundamental del Estado como es la Constitución.
Por eso, el acto de apoyo a Garzón que se celebró la semana pasada en la Universidad Complutense merece mi respeto. Pero también por eso lo que ocurrió ayer en Barcelona me parece ridículo y, desde la propia lógica interna de la protesta, estúpido.
¿Qué diablos tiene que ver el 'No pasarán' con Garzón y, sobre todo, con el Estatut? ¿Alguien se ha parado a pensar qué opinará el todavía juez instructor del 5 de la Audiencia Nacional sobre la ley catalana? ¿Alguien ha considerado posible que sea contrario a la redacción de la norma?
Los organizadores de los actos de apoyo a Garzón deberían reflexionar al respecto y darse cuenta de que mezclar ambas cosas ridiculiza su mensaje hasta el punto de caer en el absurdo. Nadie en sus cabales puede aceptar tal mezcla.
Son temas distintos. Deben ser tratados de forma independiente y, por ello, protestados por separado. En cualquier caso, Marina Rossell, cantante por casi todos desconocida, muestra su (in)capacidad intelectual al enarbolar un lema tan torticero: "No passaran, ni amb l'Estatut ni amb Garón. No passaran". Desde luego, a la Historia no pasará el lema.
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